Construir dibujando... o dibujar construyendo... o al revés…
Conferencia en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de
Valencia, 14 de noviembre.
Nunca imaginé que mis
dibujos podrían tener interés al margen de lo inmediato, mientras se hacen,
durante las conversaciones que mantengo colaborando con arquitectos, con mis
compañeros de estudio o con mis alumnos y, obviamente para mi.
Cuando en la primavera de 2012 Fernando Amat me
propuso exponer en La Sala Vinçon de
Barcelona acepté, con más confianza en su criterio que en el mío. Pensé que lo imprescindible era
dibujar en directo, como hago habitualmente en las pizarras de las escuelas y
en las reuniones de trabajo. Las dudas acerca de qué exponer y cómo hacerlo las
resolvimos con Romà Arranz y Francesc Pla -uno historiador del arte, el otro, arquitecto- amigos que me ayudaron a centrar los criterios y seleccionar parte
del material disponible.
panorámicas de la disposición de la Sala Vinçon durante la exposición
en Mayo de 2012: paneles expositivos y, sobre todo, pupitres y pizarras.
En esa muestra se exponían, fuera de su contexto habitual, una colección de colecciones del resultado de mi pasión por el dibujo en diferentes registros: algunos de los cuales sirven para comunicar ideas, otros sirven para apoyar las bases de la técnica, otros se han publicado en manuales y revistas especializadas. La mayoría para hacer comprensible la materialización de las ideas.
Los más
de 300 dibujos a mano de la exposición, trataban de integrar parte de
conocimiento de la técnica y de los materiales de construcción con lo que, se
supone, una cierta habilidad para narrarlo. Porque dibujar bien no es
suficiente.
El
dibujo es una manera de explicar aspectos fundamentales de la técnica de
construcción y de sus envolventes, que permite reflexionar acerca del proceso
desde la idea a la realidad, a la vez que se mantiene un aprendizaje y búsqueda
constante: esto es dibujo útil.
clase para los alumnos del Máster en Iluminación Arquitectónica de ELISAVA 2012
Durante el tiempo que estuvo montada la exposición, se programaron varias jornadas técnicas para profesionales - organizadas por EURONIT- y muchas otras actividades relacionadas con la docencia para la Escola Massana, Elisava y el Máster de Tecnología de la UPC.
También
hubo algunas clases de dibujo para debutantes y para iniciados… así las pizarras
y el aula que se había instalado en La Sala Vinçon tuvieron todo el sentido y
cambiaron su imagen, en directo, día a día.
clase para alumnos de la Massana
Un esbozo no es
un dibujo final. Es parte esencial del proceso de diseño, sirve para explorar
las ideas y los conceptos y, sobre todo, es un mensaje muy personal.
Sirve para
recordar lo que vemos, imaginar lo que creamos, para fijar emociones, pensamientos e ideas, a la vez que para estimular la percepción y la creación.
Dibujando, vemos,
comprendemos, asimilamos, integramos, imaginamos, expresamos y, al final, construimos. Es el medio
típico para comunicar las ideas y es un modo de expresión ágil. Es la
manifestación del pensamiento y parte fundamental de la comunicación. Por ello, el
dibujo facilita la exploración, facilita la evolución del proceso y la valoración
de las decisiones.
Las
convenciones del dibujo son la representación en 3D en una superficie plana
para crear el efecto de la visión en volumen. Mediante la perspectiva como
convención, será posible explicar la posición, el tamaño, el volumen y las
proporciones, la calidad superficial y material, la solidez la transparencia o
el color de los objetos.
No todos los dibujos
están pensados para desarrollarse con esta técnica y, por tanto, está clara la
voluntad de satisfacer, de inmediato, la imaginación del observador ya sea para
enseñar, para dar instrucciones a un operario, colaborador o a cualquiera que
lo vea, en el lenguaje adecuado para facilitar su comprensión sea, o no, conocedor de la técnica.
Por otra parte, no es un dibujo terminado: es un recurso del proceso creativo y, por tanto, es parte de la exploración de
las ideas y, sobre todo, no responde a un código normalizado, es muy personal.
Al dibujar, hay que tener clara la intención y preparar el final, seleccionando
el punto de vista, las capas, los elementos importantes, la secuencia de
construcción, la proporción, el espacio disponible... Para explicar y, sobre todo, imaginar
el resultado.
Taquigrafías. La narración mientras se dibuja
Hablando de la utilidad del dibujo, Le Corbusier decía que la taquigrafía es un soporte simbólico de las de fases sucesivas y complementarias de la transmisión del pensamiento.
La magia del dibujo se debe a la subjetividad, a la espontaneidad y a la capacidad expresiva
del pensamiento personal. Por este motivo, el dibujo relacionado con la
narración en general y especialmente el dibujo de construcción, necesitan 3
características fundamentales: concreción para evitar la ambigüedad, economía
de medios y brevedad, o lo que es lo mismo, inmediatez.
Los garabatos son una controvertida actividad que aparentemente podría
hacer evidente el desinterés por lo que estamos escuchando y, hasta cierto punto, de quien las explica. La traducción directa del inglés del término doodling sería tonteando. Hay quien dice que son los trazados espontáneos que ayudan a pensar. Para mí, son
también aquella suerte de garabatos que hacemos automáticamente cuando
atendemos las explicaciones de los demás.
Pues bien, para entender y asimilar el conocimiento necesitamos un mínimo
de 2 niveles de percepción: normalmente la visual y la auditiva. Por tanto, cuando garabateamos o practicamos doodling, estamos potenciando la kinestésica
y, con ello, forzando la atención en mayor grado que cuando simplemente
escuchamos.
Por ese motivo, garabateando, más o menos ordenadamente, mientras explicamos o escuchamos ponemos en marcha la única manera que tenemos de expresarnos y aprender.
Del mismo modo que el pensamiento se fija cuando se escribe, las ideas se concretan
sólo cuando se dibujan.
Un dibujo para cada momento
Dibujamos en diferentes estados del proceso de proyecto, fundamentalmente
explorando para enseñar.
Los
dibujos de arquitectura son la manera de ordenar un discurso que soporta la
argumentación del largo camino que nace en el mundo de las ideas: los conceptos
arquitectónicos y la definición de los sistemas que, al final, se concretan en
los detalles constructivos.
Con un simple lápiz en la mano se pueden hacer diagramas o visiones simplificadas, abstracciones o croquis de fórmulas más complejas, que son parte fundamental del proceso de proyecto y, por tanto, son de gran ayuda para entender la evolución del proyecto y favorecer su comprensión.
La supuesta calidad estética de un dibujo no es suficiente para el tema
que nos ocupa. Además, debe ser útil para procesar la información y para la
invención.
Cuando dibujamos construyendo en el proceso creativo, vamos a simultanear gráfica
y narración con precisión, así como con leyendas y pies de imagen para que las
ideas queden inequívocamente claras.
Un detalle constructivo no es sólo un dibujo grande, pero sí que puede ser un gran dibujo porque puede llegar hasta donde la palabra no llega.
Este resumen de la conferencia de la Universidad de Valencia, en la que
para apoyar los argumentos mostramos más de 500 dibujos, no es una
reivindicación romántica de la mano alzada, es el presente vigente y el futuro: porque dibujamos para pensar, imaginar, construir y al final para hacer arquitectura.
El talento puede ser el punto de partida,
pero la habilidad se adquiere practicando…
Xavier Ferrés i Padró
En Barcelona para Valencia 16 de noviembre de 2013